RESULTADO DE MEZCLA DE CULTURAS
- Raíces

- 20 oct
- 2 Min. de lectura

Soy dueña de un herbolario. Un herbolario es una tienda especializada en vender hierbas, como su nombre lo indica. Tenemos diferentes tipos de plantas secas, las cuales tienen fines terapéuticos y medicinales. Algunas propiedades de
algunas plantas son curativas, por ello, mediante infusiones, tisanas o tés, pueden curar o aliviar, pequeñas dolencias. También, sirven para mimarnos, en momentos difíciles.
Desde niña, tuve una gran curiosidad, por el uso de plantas.

A pesar de que nací en un país cafetero de Suramérica, específicamente Venezuela, siempre, sustituí el café por alguna infusión o té.
No te das cuenta, hasta que llegas a la madurez, como tus raíces van influyendo en tus gustos y decisiones.
Como os comente antes, nací en Venezuela en donde la riqueza cultural es extraordinaria.
Un país, cosmopolita, gracias al gran número de personas, de diferentes nacionalidades, que la
escogieron como patria, y que al mezclarse con las personas originarias, dio como resultado,
una enorme variedad de características físicas y culturales, de las cuales me he ido
enriqueciendo.
Mi madre, era de una ciudad, llamada el Callao, en el estado Bolívar. El Callao es una
ciudad, multicultural, donde conviven diversas mezclas y variantes de la cultura afrocaribeña y
antillana, en donde hasta mediados del siglo XX la mayoría de los habitantes hablaban ingles e
idiomas criollos como el patois, el cual tiene influencia mayoritariamente francesa.
Mi abuela materna, era de ascendencia indígena, por parte materna y padre español. Y
siempre la recuerdo por su olor a especies, como el comino. Su aspecto era indígena, con una
tez muy blanca. Por el contrario, mi abuelo era negro, con rasgos caucásicos.
A pesar de que en casa de mis abuelos, siempre la cafetera estaba en marcha, los olores que
sobresalían eran de plantas aromáticas, plantas medicinales y de especias. De los recuerdos
que tengo mas vivos, sobre todo de mis abuelas, tanto materna como paterna, son de esos
remedios caseros, siempre presente en cada malestar, en cada pequeña dolencia, en cada
momento de necesidad física y emocional. Allí estaban ellas, con una rica y siempre muy
calidad infusión. Siempre presentes para darles soluciones o atenuar, aquellos trastornos con
diferentes tisanas. También daban uso a las plantas mediante, baños de asientos y
cataplasmas.
Si me vieran hoy, no se lo creerían. Aquella niña que se negaba rotundamente a tomar
cualquier cosa que tuviese un aspecto, para mi en ese momento, poco atractivo o a seguir
cualquier recomendación es hoy en día, una persona que dedica su vida al cuidado de los
demás mediante terapias naturales. En este momento, sigo sus enseñanzas y como ellas,
trato de difundirlas , no solo por tradición , sino, por el recuerdo de bienestar que conseguían,
con cada uno de sus cuidados. Estoy agradecida por esta herencia!!!





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